Últimamente me estoy rallando demasiado por cosas que no debería, o quizá si y no le doy la suficiente importancia. No lo sé. Siempre he creído que era una persona fiel en todos los sentidos (a mi pareja, a mis costumbres, mis ideales), pero llega un momento en que no sé si los cambios que estoy sufriendo es una evolución más o un intento desesperado por romper con todo porque ya estoy harta y sobre todo, muy muy cansada.
Por eso me voy al pueblo (bueno, al puto pueblo). Allí sólo hay putas en los baños de los bares y gente a la que le deseo más mal que bien, pero también allí viven mis padres y mis gatos, y teniendo internet, la verdad es que no necesito más. Ah! Y la piscina al lado de casa, que por las mañanas no va ni el tato y no hay pis.
Necesito un cambio de aires con urgencia y con potencia; me siento como un perro apaleado que corre con el rabo entre las piernas y que no quiere levantar la mirada por no encontrarse con la realidad, pero es que ya no puedo más. Normal que el verano sea para las vacaciones, como siga así voy a explotar. Y lo voy a salpicar todo.
Cosas malas del pueblo: no hay bares, hace calor, es feo, no tengo amigos, el tiempo pasa despacico.
Respuesta: no puedo beber, qué mas me dan los bares? Hace calor en toda españa, mi casa es bonita, no quiero tener amigos, me da tiempo a hacer muchas cosas.
Cosas buenas del pueblo: mi casa, Velcro, Meneíllos, el fresquito de por las noches, poder poner la música a toda ostia mientras dibujo en el salón, una cama grande PARA MI SOLA.
1 comentarios:
Joer, justo llego yo y te piras tú TT. Si te acercas a los madriles nates de Agosto dame un toque toquecito y nos vemos. Que te siente bien el retiro espiritual, muak.
Publicar un comentario