jueves, 12 de noviembre de 2009

El alma, vuelta y vuelta.

Menudo conciertazo se pegaron el martes los Rammstein. Hoy ya soy capaz de mantenerme consciente más de dos horas seguidas, ayer la resaca me mató, literalmente (me echaba a dormir una hora cada dos horas, no podía ni vivir).
Llegamos al palacio de los deportes, maravilla que me queda a tiro piedra de mi casa, sobre las 3 de la tarde, con una cola del copón que no hacía más que crecer y crecer. 15.100 personas, qué quieres. A las 8 de la tarde abrieron las puertas y muy a mi pesar, nos sentamos en las gradas. Si yo soy consciente de que abajo se iba a convertir en el puto infierno, y eso de estar en primera fila se acabó, ya tengo una edad en la que si alguien me empuja le muerdo... así que no, primera fila no era una opción.
Los teloneros me sorprendieron gratamente, http://www.combichrist.com para hacerse una idea, y el segundo fallo de las gradas (el primero era que estábamos a tomar por culo) era que yo tenía unas ganas de bailar tremendas, y todos estábamos sentaditos en nuestros asientos, disfrutando plácidamente de la melodía. Y un webo. Ahí me iba a estar yo quieta, con ese musicote digno del dark hole a toda pastilla.
Por fin empezaron los Rammstein y bueno... pues qué voy a decir. Canción tras canción tenía los pelos tan de punta que casi se me salen de la piel, tocaron mil del nuevo disco, que aunque la gira era de presentación del susodicho, y está muuuy requetebién, se dejaron temazos de los anteriores que deberían haber tocado (Mein Herzt brennt, Mein Teil....).
Poco fuego esta vez pero sí una currada escenografía, cuando se abre el telón y aparece un muro en el que van abriendo un agujero con un pico para salir y empezar, o convertir el escenario en un salón, sólo con la iluminación y una lámpara de pie. Bueno, y niños muertos colgados del techo que luego explotaron.
Aunque la sensación no ha sido la misma que la de hace 5 años (y jamás lo será), me he vuelto a churruscar el alma, y quizá resurja de sus cenizas.












viernes, 6 de noviembre de 2009

Una de gore

Hace más de un mes tuve la feliz idea de ponerme uñas de gel para el bodorrio de mi mejor amiga (bueno, amiga de la infancia, porque con la edad esas cosas ya como que no). Después de pasar una hora y media de tortura china en la que me lijaron las uñas por encima, no para darles forma como cuando una se lima las uñas, sino para dejarlas ásperas y blanditas para poner las otras por encima, que me aplastaran los dedos para que se me quedaran bien pegados los postizos los cuales luego me estiraban para recuperar su forma normal, dejándome un dolor de dedos que me duró 3 días. En consecuencia, me salieron un montón de heridas por dentro de las uñas que han ido subiendo poco a poco hasta ahora.

Bueno, aparte de dejarme unos uñates que ni el chrom ni el sphaler, no podía hacer NADA, ni coger una miserable moneda del suelo, no te digo ya los alfileres para coser. No me podía rascar ni abrocharme los botones.

Me dijeron que me durarían aproximadamente un mes. Vale, yo pensaba que al mes se me caerían, o se despegarían con facilidad y se podrían quitar porque ya estaban feas. Lo que ha durado un mes ha sido mi paciencia, que hoy finalmente he tenido un arrebato y me las he arrancado todas a mordiscos. Literalmente.

Habéis visto alguna de las torturas de Saw? Pues para hacerse una idea. Un dolor, una sensación de que me estaban arrancando las uñas de cuajo... pero hasta que no me he quitado la última no he parado. Seré una burra, y una tonta, sobre todo porque podía ir al sitio donde me las hice para que me las quitaran, pero es que ya no he podido más.

Ahora no tengo uñas, porque al lijármelas, lo que ha ido creciendo es más fino que el papel de fumar, así que las tengo cortadas al ras, como los que se las muerden compulsivamente, pero soy feliz. Ya no me duelen y PUEDO HACER COSAS. Puedo escribir en el teclado sin tener que borrar cada 3 letras, y coger cosas, rascarme un poco (poco porque las tengo cortísimas). Se me han quedado destrozadas y aún necesitaré un par de meses más para que se regenere por completo, pero soy libre.

En mi puta vida me vuelvo a poner uñas de gel, de porcelana y de su puta madre. A ver si aprendo que las cosas de pijas no me van.

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