viernes, 20 de julio de 2012

Euphoria - Loreen

Ayer tuve la enorme suerte de encontrarme con que Loreen estaba visitando España en el café 40 principales y me metí de cabeza a conocer a la cantante que me trae loquita desde que la vi en Eurovisión.

Por hacer una pequeña crónica, he de decir que aguantar toda la espera, los deficientes modales del staff del café y la pifiada de organización para hacerse una foto con ella valieron la pena para conocer a Loreen, que es un encanto de tía, guapísima (tiene unos rasgos faciales muy exóticos y armónicos) y muy agradable con los fans, que hoy en día es algo que se agradece. Después de haber conocido a músicos que te perdonaban la vida por pedirles una firmita en la entrada, llega la ganadora de Eurovisión y te estruja como un peluche al darte un abrazo y vamos... no cabía en mí de alegría!

El pitufo poseído soy yo.
Vaya mierda de foto que nos hicieron.


 Para quien le interese un poquito su historia, wikipedia resume bastante bien de dónde ha salido esta chica que aprovecha cada bolo para hacer apología de la defensa por los derechos humanos.



Esta es la canción que escucho mínimo una vez al día:


Me encantaría decir que no sé qué tiene que no me canso de oírla, pero no es cierto. Me he parado a pensarlo tantas veces que he hecho un análisis de lo más concienzudo, pero no voy a escribir la tesis al respecto.

Loreen en Eurovisión 2012


Euphoria es como un haiku. Habla de un momento, de una sensación que dura muy poco, pero que hace que todo valga la pena. La realidad explota en mil pedazos, las penas desaparecen, el alma se eleva y uno se siente pleno por unos breves instantes en una dilatación subjetiva del tiempo que hace que la eternidad se condense aquí y ahora. 

Nunca he tomado drogas químicas, pero imagino que la sensación debe ser muy similar (aunque sobrepotenciada), el hecho de que ahora mismo nada importa, la felicidad nos inunda y se contagia a todo lo que nos rodea en este mismo instante.

Y cuando bajamos de la nube y volvemos a la realidad, queda el recuerdo de lo que acaba de pasar. La euforia no desaparece por completo, permanece en la memoria como refugio en las horas interminables de la apática rutina.

Para comprobar toda esta retahíla de sensaciones, os invito a ver el vídeo de la final de Eurovisión. Porque tras verlo, las palabras sobran.




Mira que renegaba del dance discotequero, pero creo que no podían haber elegido un estilo musical mejor para expresar la idea de esta sensación. ¡Espero como loca su primer disco de estudio!!

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