Hale, ya he vuelto de mis merecidas vacaciones. Merecidas porque el día antes de marcharme, me acosté a las 6 de la mañana, teniendo la presentación del proyecto de fin de máster (el mítico!!) a las 11.30.
Sacamos matrícula de honor.
Ni yo me lo creo, es la primera vez en la vida que saco semejante nota, ahora creo que vale la pena todo el tiempo invertido en el puto proyecto de mierda, y lo mejor de todo es que ya se ha terminado. Ya sólo tengo que recoger mi título y si no quiero no tengo porqué volver a verle el gepeto a las impresentables de mis compañeras, por mucho que diga mi profesor que deberíamos formar una sociedad.
Y después del éxito, a la playa, a Torremolinos, el sitio con más gilipollas de toda españa, al menos donde más se concentran. Paso de decir el asco que me han dado algunos de los energúmenos que allá he encontrado, y de su escaso nivel mental; a cambio diré que he conocido el restaurante de mis sueños... las cosas más raras y más ricas del mundo, decorado a lo hawaiano y con un súper acuario marino!!!!
Pero vengo nueva. Sobre todo me ha sorprendido la capacidad de controlar mis sentimientos que he desarrollado: en vez de saltar como un osobuco cuando he comprobado que mi novio vuelve a tontear con sus amiguitas por internet, cosa que me llevó a un divorcio hace 4 años, me he calmado, al cabo de un rato hasta me he reído (pobre infeliz, si supiera que hace lo mismo con todas... hasta conmigo) y ahora ya he recuperado la confianza en mi misma. Celos si, pero constructivos.
Para terminar con algo de resina, estoy deseando terminar a Fayleen, pero esto sólo acaba de empezar. Aparte de que me he quedado con la peluca a medias (a la espera de que coolcat me mande más pelo), no quiero quitarle la redecilla hasta no terminarla, y eso implica no hacerle ni las orejas con epoxy ni lijarle la barbilla, que no me gusta tan picuda. Las cosas de palacio van despacio.
Desde luego, estas sí que han sido unas vacaciones ^_^